La actividad eléctrica del cerebro es objeto de muchos estudios e investigaciones que, por ejemplo, intentan interpretar las ondas cerebrales para detectar que nos estamos durmiendo al volante o controlar sistemas. De hecho nuestro complejo sistema neuronal también podría responder a estímulos eléctricos externos que podrían ayudar a mejorar la calidad de vida de aquellos que han sufrido algún accidente cerebrovascular. Investigadores de la Universidad de Oxford habrían sido capaces de acelerar el proceso de aprendizaje de personas que sufren las secuelas de estos episodios mediante la aplicación de pequeñas corrientes sobre su cerebro y, además, podrían aplicarlo a personas sanas para acelerar su aprendizaje. Mediante resonancias magnéticas, el equipo de la profesora Heidi Johansen-Berg ha estado monitorizando la actividad cerebral de personas que han sufrido un ictus y sufren una merma en sus capacidades motoras, por lo que deben pasar por un proceso de rehabilitación. Tomando como principio la flexibilidad que puede llegar a tener el cerebro, por ejemplo, estableciendo nuevas conexiones y reasignando tareas a otras áreas para paliar el mal funcionamiento de áreas dañadas (por ejemplo tras la interrupción del flujo sanguíneo a dichas zonas del cerebro), se investigó la posibilidad de estimular el cerebro de los pacientes de manera no invasiva para mejorar la recuperación de las habilidades motrices a corto plazo una vez se detectasen las zonas "que asumían" nuevas tareas. Sin embargo, durante las pruebas, el equipo se dio cuenta que si se aplicaba esta electro-estimulación a pacientes adultos sanos, su velocidad de aprendizaje también resultaba ser significativamente mayor. |
Tuesday, September 20, 2011
Estimulación eléctrica del cerebro para acelerar el aprendizaje
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