Smart TVs, no tan smarts

Las pantallas inteligentes, conocidas como Smart TVs, son dispositivos a través de los cuales se pueden utilizar algunas características que anteriormente estaban permitidas en nuestros ordenadores. ¿Qué quiere decir esto? Que, por ejemplo, podemos compartir lo que estamos viendo a través de Facebook o Twitter, usar otras características de redes sociales, ver videos a través de YouTube, permite almacenar programas en el aparato, tiene widgets que revelan diferente información. Básicamente implementan Internet. Es algo así como la convergencia entre un smartphone y un viejo televisor que, anteriormente, era sólo para mirar shows. El tema es que las pantallas inteligentes fueron creadas hace ya varios años (comenzaron a venderse en el 2010) y, todavía, no lograron encontrar su lugar en el mercado. La gente parece ignorarlos y a nadie le importa tener esta tecnología colgada en sus paredes. Esto se debe a que las empresas hacen un trabajo terrible a la hora de desarrollar los sistemas operativos que incluyen. Hay que aclarar que la mayoría de los OS que poseen estas pantallas son desarrolladas bajo Android y los resultados no son nada potables. Nada de intuición, nada de minimalismo, pantallas llenas de cosas de las que se usan sólo dos o tres y gran confusión.

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