Es una península de la República Dominicana que apenas se ha visto tocada por el turismo y donde la vida es reposada. Samaná, antiguo refugio de piratas y de filibusteros, es ahora lugar de apareamiento de cientos de ballenas jorobadas. Casas de madera contrastan con playas de arena blanca y con las intensas tonalidades del azul marino. Samaná está en la República Dominicana, pero no es ese turismo masificado el que nos podemos encontrar. Se trata de una península apenas tocada por el turismo y donde la vida es reposada. Nada más llegar a Samaná, un tesoro oculto ubicado al norte de la isla La Española (la que acoge los países de Haití y República Dominicana), la vida fluye con un ritmo pausado. Nadie tiene prisa, nada se apura por ocurrir. Playas idílicasSanto Domingo, capital de la República Doninicana, es una muestra arquitectónica del pasado colonial del país, pero Santa Bárbara de Samaná no guarda nada de aquello. A principios del siglo pasado, un incendio arrasó la ciudad. Ahora, nos podemos encontrar un paisaje de casas de madera rosas, azules o amarillas, que parecen guardar más relación con el lugar paradisiaco que buscamos. Los colores contrastan con la espesura verde del lugar, porque más allá de la playa la naturaleza lo invade todo. El salto de 60 metros de altura vierte las aguas del arroyo Chico al río Limón. Una vez alcanzada esa meta siempre es posible darse un buen baño en la poza natural, en medio de una exuberante vegetación selvática. Allí mismo podemos encontrar establecimientos donde probar alguna de las delicias de la gastronomía local como el pica pollo, servido con plátanos fritos, o los mondongos, un plato hecho con tripas de buey. Montecristi y Playa del RincónEl mejor lugar para enfundarse el neopreno y bucear en el interior de los pecios es Montecristi, al norte del país. Entre los siglos XVI y XVIII los piratas ingleses se entregaban al ron junto a las escarpadas costas que lindan con Haití antes de asaltar los barcos españoles, cargados de oro. De los cientos de buques que se hundieron en estas aguas, sólo una veintena han sido hallados. Así que aún quedan tesoros por hallar. Para ir hasta allí es recomendable tomar la autopista Duarte. Al final se pueden divisar Cayo Zapato y El Fraile, un lugar ineludible para los amantes de la fotografía. |
Monday, August 01, 2011
Samaná, un paraíso dominicano lejos del turismo masivo
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