No encontré otro título.
Pero sí, hay que encomendarse a la voluntad de Dios cuando se sale a la calle, ya no es seguro ni en el frente de tu casa estar, ni pensar de "cojer" calle.
Por necesidad de la vida tuve que entregar mi vehiculo a mi mecanico, y como ciudadano de clase baja no tuve más remedio que utilizar el mal llamado transporte público (deberían llamarlo el desorden público), me aterra la idea cada día como impotente expectador las diabluras que los choferes (padres de familia) cometen en las calles de Santo Domingo, más bajo la mirada indiferente de los AMET; quienes solo tienen ojo de aguila para el prudente y serio conductor privado.
Me asombra la cantidad ridicula de choferes que son multados por infracciones que, a cada vuelta y hora cometen y sobre todo, la cara de burla que ponen cuando se les "obliga" a tomar la charla de educación vial; donde se les dice como deben comportarse - como si con niños de primaria estuvieramos tratando -
Este "baño" de pueblo me tiene jarto, cansado, desesperado; solo ansio aquel dichoso día en que mi mecanico me entregue mi veintiúnico medio de transporte, donde si se cumple la ley 114-99
1 comment:
Hola. Muy interesante lo que escribes y comparto tu pensar.
Hay personas que conducen como si no tuvieran conciencia.
Aqui en PR es igual.
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